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UNIVERSIDAD, CRISIS Y SOCIEDAD
Una introducción al Texto "La crisis no moderna de la universidad moderna" de Willy Thayer,
por Carlos Rojas Reyes
A fin de continuar el debate en torno al futuro de la universidad en nuestras sociedades, debatimos la relación entre sociedad, crisis y universidad, a través del texto de Willy Thayer, La crisis no moderna de la universidad moderna. (Epílogo de El Conflicto de las Facultades), Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1996, pp. 1-19 [1]
Thayer comienza su planteamiento con un cuestionamiento que atravesará todo su libro: ¿los diversos modelos de universidad que surgieron a partir de la modernidad, han entrado en crisis?; si es así, ¿cómo caracterizar a esta?, ¿cuáles son sus consecuencias para el accionar de nuestras universidades aquí y ahora?
Sin embargo, estos interrogantes solo pueden responderse adecuadamente si se tiene en cuenta el contexto social en donde la universidad “ocurre”; incluso temas como la autonomía se encuentran fuertemente cuestionadas cuando se confrontan con el entorno al cual nuestras instituciones tienen que responder.
La universidad, para Thayer, se erigió como un ente separado, amurallado, que se definía por una cierta territorialidad independiente de los poderes estatales y municipales y que, sobre todo, encarnaba al saber moderno, a la producción de nuevos conocimientos, que únicamente podían darse dentro de sus límites.
Pero, ¿sigue siendo esto válido? Más aún, esta pretensión de aislamiento, de centro del saber, ¿fue alguna vez válida? O, por el contrario, hay que repensar la universidad, no como una mera extensión del poder y de sus mecanismos de reproducción económicos y políticos, sino como un conjunto de “procedimientos” que vienen desde fuera, que le atraviesan y que quizás, la universidad solo los condensa provisionalmente.
Por esto, habría que cambiar los términos del debate: ¿se trata de la relación entre la universidad y su contexto socio-político? Para Thayer la universidad no es una entidad enclaustrada dentro de un “contexto” sino que ella misma ES contexto.
Esta contextualidad intrínseca a la universidad se vuelve invisible a aquellos que hacemos la universidad, que producimos y transmitimos conocimiento, porque las facultades profesionales “construyen vigilan, regulan” estos espacios. Así, la universidad crea un determinado tipo de profesional de acuerdo a sus reglas y lo lanza hacia la sociedad.
La universidad en esta necesidad de delimitar claramente los campos, invade cada vez más los espacios sociales, a los cuales tecnifica, los hace entrar dentro de un determinado tipo de discurso, de procedimiento, de episteme y de epistemología. La universidad no es un ente estático, sino que avanza sobre el resto de los espacios de vida y los somete a su lógica, a su mirada.
Cada vez el conocimiento es saber universitario; las profesiones son válidas exclusivamente si provienen de la universidad; los otros saberes tienen que penetrar dentro de sus muros y aulas para poder existir; la comprensión del mundo le pertenecería por entero.
Porque es una institución que se ha instaurado, desde la modernidad, en el conflicto de las facultades de los seres humanos, en la división del trabajo, manual e intelectual; y también entre aquellos que producen los saberes y aquellos que los utilizan.
La visión de Thayer, profundamente crítica respecto de la universidad, nos invita a reflexionar sobre lo que está detrás de las afirmaciones acerca de las relaciones entre universidad y sociedad; e introduce esta temática fuerte: la universidad como sociedad.
[1] Este texto se adjunta y es de uso exclusivamente académico. Se lo puede encontrar completo en: https://issuu.com/umce/docs/revistasfilosofia